SANTA ROSA.- Ningún familiar aceptó hacerse cargo de los restos de Arquímedes Puccio. Por esa razón, su cuerpo terminó siendo inhumado en una fosa común en General Pico. Una sobrina y la ex mujer se negaron a retirarlo el cuerpo de quien fuera el jefe del temible clan que secuestró y mató a empresarios en los 80.
La decisión de inhumar los restos de Puccio en una fosa común fue adoptada por la Justicia de La Pampa, luego de que el cuerpo permaneciera desde el lunes último en la morgue del Hospital Centeno de General Pico, ciudad ubicada a 135 kilómetros al norte de Santa Rosa.
Puccio tenía 84 años, cuando murió el viernes último, víctima de una complicación cerebro vascular. El abogado padecía de un tumor y fue encontrado muerto por su compañero de vivienda, un pastor evangélico, quien se acercó a su cama para proporcionarle la medicación diaria que necesitaba.
El hombre relató a los investigadores que Puccio murió mientras estaba acostado sobre la cama en su casa ubicada en la calle 4 número 1253 del barrio El Molino. Tras su fallecimiento, las autoridades judiciales informaron a una sobrina que Puccio tenía en Buenos Aires para que retirara el cuerpo, pero ésta no quiso hacerse cargo de los restos de su tío, pero sí solicitó su documentación.
La Justicia también notificó a la ex esposa, una mujer mucho más joven que él con la que se casó en General Pico y conoció cuando practicaba la religión evangélica estando preso, pero tampoco quiso hacerse cargo del cuerpo. Ante la falta de contacto, los restos fueron trasladados al cementerio de General Pico y fueron enterrados en una fosa común.
Las víctimas
Puccio fue condenado por liderar la banda que secuestró a los empresarios Eduardo Aulet, el 5 de mayo de 1983; a Emilio Naum, el 22 de junio de 1984; y a Ricardo Manoukian, el 22 de julio de 1982. Además de Arquímedes, dos de sus hijos conformaban el clan encargado de participar de los hechos, el ex rugbier Alejandro Puccio y su hermano Daniel.
Los Puccio fueron condenados a reclusión perpetua por esos secuestros extorsivos seguidos de muerte, y también por otro secuestro, el de Nélida Bollini de Prado, el 23 de julio de 1985, quien fue rescatada con vida. Además de los Puccio, la organización criminal estaba compuesta por otros cómplices entre los que estaban el militar retirado Rodolfo Franco y sus amigos Guillermo Fernández Laborde y Roberto Oscar Díaz.
Arquímedes Puccio fue condenado a 23 años de cárcel el 26 de diciembre de 1995 y, si bien los primeros años fue beneficiado por una prisión domiciliaria, en 2004 lo enviaron a una cárcel de La Pampa luego de que se comprobó que salía de su casa.
Puccio estuvo cumpliendo condena en una primera etapa en la Unidad Penitenciaria 4 de Santa Rosa, una cárcel común, pero en los últimos años había sido trasladado a la Unidad 25 de Régimen Semiabierto de General Pico, donde además de tener salidas transitorias, pudo estudiar y se recibió como contador y abogado.
Hacía unos cuatro meses que se había separado, ejercía como abogado en la vivienda que alquilaba, donde asesoraba por jubilaciones y otros temas y tenía sus clientes. (Telam)